Un simpático y fresco corto que nos muestra un amor que surge entre dos personas muy diferentes y opuestas. Lou es una chica con mucha suerte, tanto es así, que llega a aburrirse de su vida y lo único que quiere es experimentar aventuras. El personaje de Lou bien podría representar a la persona optimista y positiva. Jenkins, por el contrario, representaría al pesimista y agorero. Parece ser el hombre más desafortunado del planeta, su día caótico transcurre entre accidentes. Un día ambos se cruzan en su camino y comparten una aventura que los dos estaban esperando, cada uno a su manera. Una aventura que les unirá para siempre.

Al margen de que si la creencia: “los polos opuestos se atraen” sea mito o realidad, este corto nos hace reflexionar acerca del amor entre parejas que se complementan. El amor entre personas que, a priori, no comparten los mismos gustos ni aficiones superficiales, pero que sin embargo, sí que comparten unos mismos valores y principios de vida. Y es esto último lo que hace que cultiven el amor más genuino y profundo. Un amor que acepta las diferencias y defectos del otro y, hasta, los valora como algo “único” del ser amado. El corto es una metáfora de la pareja ideal que todos buscamos, aquella persona que nos complementa, con la que no nos aburrimos, que nos aporta ese “no sé qué” de diferente cada día, con la que nos atrevemos a las más grandes aventuras y retos. Una pareja con la que llegamos a realizarnos, a ser mejores personas y a crecer todos los días.

Porque como diría el cantante y cantautor guatemalteco, Ricardo Arjona:

Y es que el ingrediente para amarse por encima de las diferencias, no es otro que la “aceptación”. Aceptar a nuestra pareja tal y como es, con derecho a sentir y a hacer las cosas diferentes a como las haríamos nosotros. (Ver «Amplía Información«)

Reflexiona y actúa