¿Para qué te sirve?

Este vídeo lo hemos descubierto gracias a @eec_coaching. La confianza es algo que se genera cada día, es algo que depende de nosotros. Pensar que una persona tiene que ser digna de nuestra confianza o demostrarnos que podemos volver a confiar en ella, nos pone en un papel de víctimas, esperando a que otros hagan cosas mientras nosotros estamos «en el sillón». Hay mucho de nosotros para generar estos entornos de confianza. Julio Olalla nos habla de las 3 patas de la confianza y en cada una de ellas podemos hacer cosas para aprender a confiar:

• Competencia. ¿Es la persona competente para cumplir con aquello con lo que se ha comprometido? La pregunta que nos hacemos a nosotros mismos para tener un rol de responsabilidad en generar esa competencia es, ¿estamos generando habilidad en esa persona? Por ejemplo, «no le delego la redacción del informe porque no escribe bien», delegar tiene que ir acompañado de la generación de habilidad suficiente para acometer esa tarea, sino nunca confiaremos en su competencia. También está relacionado con nuestra relación con el control y la exigencia.

• Sinceridad. ¿Es sincera la persona? ¿Nos miente? Y la pregunta que nos hacemos a nosotros mismos para no caer en la generalización y nunca más confiar en una persona que nos ha ocultado la verdad es: ¿qué le ha hecho a esta persona no ser sincera? A lo mejor tiene miedo, está cuidando su identidad pública o acaba de llegar a la empresa y busca ser aceptada por el grupo. ¿Por qué mienten los niños? Porque tienen miedo al castigo, a las consecuencias, a no sentirse queridos. A veces las culturas empresariales que trabajan desde el miedo pueden favorecer que las personas no sean sinceras, vulnerables. Permitir culturas en las que podamos ser nosotros mismos: levantar la mano para pedir ayuda, declarar un «no sé», «no puedo»… abiertamente sin estar penalizado, nos ayudará.

• Histórico. Tiene que ver con las evidencias positivas y negativas de confianza con esta persona en el pasado. A veces no revisamos los hechos sobre los que hemos construido el histórico. Incluso nos puede llegar a ocurrir que construimos sobre las creencias y etiquetas de los demás. Por ejemplo: si hemos oído que ese compañero siempre se escaquea, seguramente no queramos trabajar con él. Estamos tomando decisiones en base a las opiniones de otros. Es bueno trabajar desde los hechos y desgranarlos de nuevo con la nueva mirada más amplia de la confianza, no juzgar el histórico desde una escucha selectiva (solo recuerdo los hechos que confirman la creencia de que, efectivamente, se escaquea). También revisar los hechos en equipo para tener diferentes miradas (aunque una creencia compartida no la hace verdad).

En definitiva, la confianza es más amplia y compleja de lo que creemos. Nos tenemos que mover del sofá. 🙂 A aprender a confiar, se aprende confiando.

Reflexiona y actúa

¿Qué te ha parecido el vídeo y sus reflexiones? Cuando confías en alguien, ¿cómo te sientes? ¿Cómo sientes tu cuerpo? ¿Qué expresión corporal tiene la confianza para ti?

¿Qué necesitas tú para confiar en alguien? ¿Qué nos hace ser dignos de confianza para otras personas? ¿Qué cualidades? ¿Qué es para ti la confianza? ¿En quién confías?

¿Cuál es tu saldo de confianza ahora mismo con las personas de tu entorno? Después de leer la reflexión anterior, ¿crees que puedes hacer algo más construir confianza con ellos? ¿Qué depende de ti para crearla?

Amplía información

Recomendamos este breve vídeo de @eec_coaching sobre la confianza.

También este audio de @innrocha el cual explica en detalle las 3 patas de la confianza.

Por último, «El arte del Kintsugi o la belleza de las cicatrices» de @culturainquieta.

Imagen by Christopher Michel

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