Burocracias

¿Para qué te sirve?

Este corto, además de la sátira que nos regala, ofrece una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de una buena planificación y de dedicar tiempo a anticipar qué obstáculos y dificultades puede conllevar una determinada situación.

También nos habla de la proactividad, de mantener una actitud de responsabilidad sobre nuestra vida, de fijarnos objetivos y trabajar duro para lograrlos. La protagonista del vídeo es un ejemplo de proactividad. Además de mostrar confianza en sí misma, ha sabido anticipar y ser precavida y, gracias a ello, consigue su objetivo. Tal y como se ensaya una obra de teatro, también pueden ensayarse conversaciones, reuniones, entrevistas de trabajo, etc. Un porcentaje elevado del éxito de una entrevista, formación o conversación puede atribuirse a haberla planificado cuidadosamente.

Cuando planificamos una conversación, pensamos en el tipo de expresiones que utilizaremos, ensayamos el tono, los gestos, y además, identificamos alternativas y soluciones para posibles obstáculos o reacciones de nuestro interlocutor. ¡Todo ello contribuye de manera significativa al éxito!

Reflexiona y actúa

¿Qué hace bien la protagonista? ¿Gracias a qué habilidades consigue su objetivo? ¿Hasta qué punto ha influido su proactividad? ¿Cómo definirías tú esta capacidad? ¿Qué tiempo dedicas tú a la planificación? ¿Cuántas cosas crees que podrían salirte mejor si incluyeras el ingrediente de la anticipación y planificación? ¿De qué manera prepararás tu próximo reto, entrevista de trabajo, negociación, conversación incómoda, etc? Del 1 al 10, ¿cuán seguro/a estás de que conseguirás tu objetivo? ¿Qué te falta para llevar al siguiente punto?

Amplía información

Puede ser interesante la lectura del hábito 1 de Stephen Covey «Sea proactivo» en su libro «Los siete hábitos de la gente altamente efectiva». Este post explica bien en qué consiste este hábito.

Por último, este vídeo es interesante para trabajar la distinción de coaching: Víctima vs Responsable. Partiendo de la base de que en muchas de las situaciones de nuestra vida podemos intervenir para conseguir que las cosas vayan a mejor, pensar que «no podemos hacer nada» nos posiciona en un rol de víctima. Si nos quedamos ahí, corremos el riesgo de perder el control sobre nuestra felicidad y nuestra vida. Si por el contrario, nos posicionamos como responsables, tomamos las riendas de la situación, nos ocupamos del problema, nos creemos capaces de encontrar soluciones. En definitiva, confiamos en que nuestra actuación podrá cambiar las cosas a mejor.

Este post de Belén San Miguel, @coachycom explica muy bien estos conceptos.

Imagen por Danielzolli

 

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