Jalal vende rosas durante una fría noche ante la indiferencia de los transeúntes, sin embargo, la vida querrá devolverle la dignidad que dejó en su país, aunque solo sea por unos segundos.

Este vídeo nos habla de los prejuicios, de la falta de empatía y de la indiferencia. A veces mantenemos una distancia con las personas en situación de vulnerabilidad solo por pensar que no «pertenecemos» a ellos, que son diferentes a nosotros, que han hecho algo incorrecto en sus vidas que les ha llevado a dicha situación. Esta falsa percepción de invulnerabilidad nos impide pensar que hoy pueden ser ellos, pero mañana, nosotros. Es decir, somos incapaces de ver en esa persona a alguien que tuvo una familia y una vida como la nuestra y esa distancia entre ellos y nosotros es la principal causa de nuestra falta de empatía.

Concretamente, el vídeo pretende sensibilizarnos acerca de las personas que se ven forzadas a huir de sus países de origen, no para tener una vida mejor, sino para tener tan solo una vida, huyendo de guerras terribles, violencia, persecución o de la más absoluta pobreza. Estas personas: hombres, mujeres y niños, dejan vidas acomodadas con profesiones como las nuestras y tienen que comenzar de cero en nuestro país. Sin embargo, nosotros somos incapaces de ver más allá del ramo de rosas.

Juzgamos a nuestro alrededor utilizando lo que en psicología se denomina «la creencia en un mundo justo» (Ver «Amplía Información»), de Melvin J. Lerner. Esta teoría nos dice que las personas tenemos una necesidad de creer que vivimos en un mundo justo donde cada uno, normalmente, obtiene lo que se merece. Es decir, nos auto-engañamos pensando que a las personas buenas les pasan cosas buenas y a las personas que sufren desgracias es que, de alguna manera, se lo merecían. Esta creencia nos permite ver nuestro entorno como un lugar seguro y controlado: «cada uno tenemos lo que nos merecemos». Y ello nos hace, por ejemplo, culpabilizar a la víctima, es decir, pensar que las personas que piden en el metro o duermen en los cajeros han tenido que hacer algo malo en sus vidas o han sido muy perezosos para llegar a una situación así. Obviamos otros factores externos como las crisis económicas, las guerras o los trastornos mentales. Todo ello nos impide adoptar una actitud de comprensión y empatizar con ellos y preguntarnos qué podemos hacer para reducir estos desequilibrios e injusticias.

Reflexiona y actúa